Ancelotti, en medio de la alegría por la consecución de la Intercontinental en Lusail ante el Pachuca, aseguraba que «desafortunadamente» tenían que jugar todavía un partido más contra el Sevilla. El italiano decía esto porque entendía que tras la felicidad por ganar el quinto título del año, cuando todo era perfecto, existía el riesgo real de que el Sevilla empañase estos 12 meses para la historia. Nada más lejos de la realidad.
Ancelotti fue capaz de transmitir a sus jugadores la importancia y la dificultad de este encuentro y los futbolistas lo entendieron de manera inmediata. El Real Madrid saltó al césped del estadio Santiago Bernabéu por última vez en este 2024 con la idea clara de que debía estar al cien por cien para no complicarse la tarde. Y a los 10 minutos ya iban ganando con un golazo de Mbappé. Luego llegó otro zapatazo de Valverde, una jugada perfectamente trenzada que definió Rodrygo y el gol de Brahim. Cuatro dianas con las que se cerró un año para el recuerdo.
Un 2024 para la leyenda
El 2024 empezó pronto para el Real Madrid. El 10 de enero, en semifinales de la Supercopa de España, se enfrentaban al Atlético de Madrid en lo que prometía ser una prueba de fuego. Y no defraudaron. Un duelo épico que terminó 5-3 en prórroga a favor de los madridistas. Cuatro días después, en la final, golearon al Barcelona con un 4-1 arrollador: tres goles de Vinicius y uno de Mendy. El primer objetivo estaba cumplido.
El paso de los meses, febrero, marzo y abril, estuvo marcado por una calma tensa, como si el Real Madrid cocinara a fuego lento lo que vendría después. El 4 de mayo de 2024, los de Ancelotti se proclamaron campeones de Liga, sin tener que jugar. La derrota del Barcelona contra el Girona les daba el alirón. Y mientras el equipo celebraba en el Bernabéu el segundo título de la temporada, puesto que toda la plantilla vio el desenlace junta, sabían que lo mejor aún estaba por llegar.
En febrero, el Real Madrid dejó atrás al Leipzig en octavos de Champions, aunque con sudor y más dificultades de las esperadas. En marzo, llegó la mítica eliminatoria ante el Manchester City, donde los madridistas consiguieron el pase a semifinales. Y en mayo, justo después de ganar la Liga, Joselu hizo magia en el Bernabéu y clasificó a los blancos para una nueva final europea. El 1 de junio, en Wembley, el Borussia Dortmund fue el rival que no pudo detener la máquina madridista. Goles de Carvajal y Vinicius dieron a los blancos su Decimoquinta.
El curso futbolístico terminó, pero el 2024 para el Real Madrid continuaba. En agosto, con Mbappé debutando, los de Ancelotti sumaron un nuevo título, la Supercopa de Europa, tras derrotar a la Atalanta en Varsovia. Y para cerrar con broche de oro, el pasado miércoles, el Real Madrid mostró su superioridad ante el Pachuca para ganar la Intercontinental.
Un 2025 exigente
Pero el Real Madrid no entiende de descansos. En 2025, el reto continúa. El 8 de enero, en las semifinales de la Supercopa de España, se medirán al Mallorca con el objetivo de llegar a la final del 12 de enero en Yeda, donde buscarán alzar un nuevo trofeo ante el Barcelona o el Athletic. Luego, la Copa del Rey, la Liga y, como siempre, la más codiciada de todas: la Champions. Y cuando el año parezca agotado, el Mundial de Clubes llegará para darles una nueva oportunidad de seguir sumando títulos. Porque para el Real Madrid, la vida nunca se detiene.
